Los investigadores señalan que su nuevo diseño es “muy prometedor para su uso con pacientes de alto riesgo”.

Investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) han creado la primera válvula cardiaca biomaterial nanocompuesta desarrollada para reducir o eliminar las complicaciones relacionadas con los trasplantes de corazón. Mediante el uso de una técnica recientemente desarrollada, esta válvula es más duradera y permite que el corazón se adapte más rápido y sin problemas.

La válvula es un ejemplo de una válvula cardiaca transcatéter, una nueva y prometedora rama de la Cardiología. “Estas válvulas son únicas porque se pueden insertar en un paciente a través de pequeñas incisiones en lugar de abrir el pecho del paciente, un procedimiento que generalmente es más seguro y mucho menos invasivo”, explica Hadi Mohammadi, el autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista Journal of Engineering in Medicine.

El investigador detalla que las válvulas cardiacas transcatéteres existentes están hechas de tejidos de animales, como la membrana del pericardio del corazón de una vaca, y han tenido un “éxito moderado” hasta la fecha. “El problema es que se enfrentan a importantes riesgos de implantación y pueden provocar obstrucción coronaria y una lesión renal aguda”, comenta Mohammadi.

Nanocompuestos derivados naturalmente 

La nueva válvula resuelve ese problema utilizando nanocompuestos derivados naturalmente, incluyendo geles, vinilo y celulosa. La combinación de su nuevo material con la naturaleza no invasiva de las válvulas cardíacas transcatéteres hace que este nuevo diseño sea “muy prometedor para su uso con pacientes de alto riesgo”, aseguran sus desarrolladores.

“No sólo es importante el material, sino también el diseño y la construcción de nuestra válvula, que reduce la tensión hasta en un 40% en comparación con las válvulas disponibles actualmente. Se fabrica exclusivamente en una forma continua, por lo que gana fuerza y flexibilidad para soportar las complicaciones circulatorias que pueden surgir después del trasplante”, valora otro de los autores, Dylan Goode.

Ahora, la válvula se someterá a pruebas rigurosas para perfeccionar su composición material y diseño. Las pruebas incluirán simuladores de corazón humano y estudios in vivo en animales grandes. Si tiene éxito, la válvula podría llegar a la práctica clínica. “Tiene el potencial de convertirse en el nuevo estándar en el reemplazo de válvulas cardiacas y de proporcionar una solución más segura y a largo plazo para muchos pacientes”, concluyen.

 

Fuente: redaccionmedica.com