Al ser una enfermedad sin síntomas, su diagnóstico se basa en datos clínicos y analíticos y también en la biopsia hepática.

En la actualidad existe mucha información sobre cada uno de los tipos de hepatitis, todavía hay cierto desconocimiento sobre una de ellas: la hepatitis autoinmune, una enfermedad poco frecuente que no presenta sintomatología ninguna y de la cual se desconocen las causas de su aparición.

Existen dos tipos de hepatitis autoinmune: la 1 y la 2. En ambas, la etiología es muy parecida. Se trata de una reacción anómala contra el hígado de esa persona. ¿Y quién le ataca? El propio individuo, ni más ni menos. Esto hace que el sistema inmunitario de esa persona se vuelva agresivo. Pero, ¿por qué? No lo sabemos, no sabemos las razones por las que pasa esto”, ha explicado el doctor Gonzalo Guerra Flecha, hepatólogo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.

No obstante, algunos investigadores creen que la hepatitis autoinmune podría producirse por la interacción de los genes que controlan el funcionamiento del sistema inmunitario y la exposición a ciertos virus o medicamentos.

Ausencia de síntomas

Como es una enfermedad que no presenta síntomas, su diagnóstico puede ser tardío y ocasionar graves problemas de salud, como una cirrosis, lo que conlleva a un trasplante de hígado.

“Yo no tenía ningún síntoma, nada de nada. Es más, me encontraba estupendamente, por lo que yo no sospechaba nada. Sin embargo, en unos análisis rutinarios de mi empresa, me salieron los niveles de transaminasas muy altos y ahí supe que algo no iba bien”, ha señalado Álvaro García, paciente con hepatitis autoinmune.

Y es que, al ser una enfermedad sin síntomas, su diagnóstico se basa en datos clínicos y analíticos y también en la biopsia hepática en la cual, en general, hay unas alteraciones muy sugestivas de la enfermedad. Así, son especialmente importantes para el diagnóstico la presencia de anticuerpos antinucleares, antimúsculo liso o anti-hígado riñón (LKM1). Estos últimos anticuerpos se presentan en el tipo 2 de hepatitis autoinmune que es muy poco frecuente, de predominio en niños y con la necesidad de mantener el tratamiento inmunosupresor de forma casi indefinida.

La biopsia hepática es importante tanto para el diagnósti­co como para el pronóstico de la enfermedad. Y es que, los hallazgos histológicos pueden mostrar desde la presencia de signos histológicos propios de la hepatitis autoinmune, a cambios que indican progresión de la enfermedad como la presencia de fibrosis y finalmente una cirrosis hepática.

Tratamiento para la hepatitis autoinmune

“No tenemos nada, no tenemos tratamientos. Lo único que podemos utilizar son los inmunosupresores para mantener el sistema inmunitario a raya. Utilizamos con mucha frecuencia Imurel y, en caso de que el ataque sea muy agudo, utilizamos corticoides a dosis un poquito altas, pero en cuanto existe una mejora hay que retirarlos”, ha comentado el doctor Gonzalo Guerra Flecha.

En cuanto al número de personas que afecta esta hepatitis, hay que decir que es relativamente bajo. “Por ejemplo, la hepatitis C, en España la tenían unas 800.000 personas, que es una cifra considerable, sin embargo, la hepatitis autoinmune no la llegan a padecer ni 50.000”, ha añadido el doctor Gonzalo Guerra Flecha.

 

Fuente: consalud.es