Se considera la joya de la corona del Sistema Nacional de Salud. La ONT es sinónimo de excelencia a nivel mundial. Un ejemplo a seguir en estructura y organización y que, a pesar de la crisis, ha seguido creciendo. Su directora, Beatriz Domínguez-Gil, analiza el pasado, presente y futuro en una entrevista que se publicará íntegramente en la revista de Economía de la Salud EDS.

Pregunta. Si España es referente mundial en algo es en trasplantes, ¿cómo hemos conseguido llegar hasta aquí?

Respuesta. Cuando hablamos del éxito del sistema español de donación y trasplante tenemos que hablar de dos elementos imprescindibles: la solidaridad de la ciudadanía y el Sistema Nacional de Salud. Un sistema accesible para cualquier paciente sin discriminación positiva ni negativa. Cuando hablamos de ese éxito nos referimos a un modelo organizativo; un modelo de gestión del proceso de donación. En España calculamos que sólo entre el 1% y el 2% de las personas que fallecen en un hospital lo hacen en condiciones de ser donantes. Nuestro sistema está concebido para que sistemáticamente identificar esas situaciones tan excepcionales de fallecimiento y transformarlas en donaciones reales. El modelo se basa en la figura del coordinador de trasplantes con un perfil muy específico, fundamentalmente intensivistas, que son dotados con una formación continuada exquisita, con protocolos de actuación muy claros, y bajo la coordinación de las comunidades autónomas y de la propia ONT.

P. En los últimos 5 años la ONT ha aumentado en un 37% la tasa de donación, el mayor incremento de su historia… ¿Cuál es el objetivo a corto plazo?

R. Siempre hablamos de cantidad por una cuestión muy clara, y es que la lista de espera persiste para prácticamente todos los órganos. O se encuentra estabilizada o incluso aumenta. Al desarrollar una extraordinaria actividad de trasplante existe la tendencia a pensar que la lista de espera tiene que disminuir, pero lo cierto es que tiene un comportamiento paradójico que cuando aumenta la actividad de trasplantes también se flexibilizan los criterios para incluir a pacientes y la lista de espera lejos de disminuir, aumenta. Estamos trabajando a corto medio plazo con el Plan 50×22 que persigue alcanzar los 50 donantes por millón de habitantes y superar los 550 trasplantes para el año 2022. Es un objetivo difícil de alcanzar porque partimos de una situación de excelencia, aunque seguimos encontrando estrategias diversas que creemos que sí que nos van a permitir cumplirlo. A estos objetivos cuantitativos le unimos los cualitativitos que van orientados a conseguir el mejor resultado posible con los trasplantes de los que disponemos. Otro objetivo muy importante es el de asegurar la sostenibilidad del sistema español de donación y trasplante, tal y como lo conocemos a día de hoy.

P. Precisamente, esa necesidad de equilibrar la balanza entre esta planificación y la sostenibilidad, ¿cuáles serían las fórmulas para ese equilibrio?

R. Hay que tratar de contextualizar el punto en el que estamos. Lo cierto es que España ha aumentado en un 37% su actividad de donación en un periodo de cinco años, pero sin embargo, lo ha hecho, con menos recursos de los que tenía el sistema hace unos años porque igual que otras áreas de la sanidad se vio afectada como consecuencia de la crisis; perdimos recursos humanos, perdimos recursos materiales, capacidad… Pese a ello, y gracias a la profesionalidad de los miembros de este sistema y su compromiso lo cierto es que en ese periodo de tiempo tan complicado se empezaron a diseñar las líneas de trabajo que nos han permitido seguir creciendo en los últimos años, pero claro, eso ha sido a expensas de tener al sistema muy tensionado. De hecho, consideramos que estamos realmente en riesgo de quiebra, y necesitamos urgentemente reforzar la estructura a nivel de hospital, a nivel de la comunidad autónoma y a nivel nacional para adecuarnos a la actividad que ya mantenemos y al ritmo de crecimiento que llevamos

P. ¿Cómo hacerlo?

R. Requiere el compromiso de las administraciones hospitalarias, autonómicas y nacionales, entendiendo que no sólo es necesario porque el trasplante tiene un enorme impacto en salud; salva vidas y mejora la calidad de vida de los pacientes, sino además porque es una actividad coste-efectiva para el sistema nacional de salud por el trasplante renal en comparación con la diálisis. Cuando un paciente recibe tratamiento durante cinco años con un trasplante renal, cada paciente ahorra 160.000 euros en comparación con su tratamiento con la hemodiálisis y 90.000 euros en comparación con la diálisis peritoneal. Por lo tanto, apostar por esta actividad es necesario por su enorme impacto en salud pero también porque gracias al trasplante renal, la actividad es coste-efectiva para el sistema sanitario teniendo en cuenta las alternativas terapéuticas disponibles, cuando estas existen.

P. En los últimos PGE aprobados, la ONT recibió 4 millones de euros, ¿es necesario aumentar esta dotación?

R. El presupuesto de la ONT se encuentra estabilizado en los 4,1 millones de euros desde hace más de diez años. Si creemos que ha llegado el momento de aumentar el presupuesto de la ONT, igual que el presupuesto de las coordinaciones autonómicas hospitalarias. La ONT tiene poco que ver hace más de diez años, tanto por la actividad como por el número de proyectos que desarrolla y por todo el programa de cooperación internacional que tiene, que recibimos peticiones de colaboración y de ayuda de países de los cinco continentes, por lo tanto, sí creemos que ha llegado el momento de plantearse y sentarse a pensar cuál tiene que ser la ONT del siglo XXI, que ya estamos en 2019. Realmente hay que sentarse a pensar qué tipo de ONT queremos y adaptar la estructura y el presupuesto del organismo a los retos actuales y a los retos futuros que se avecinan.

 

Fuente: gacetamedica.com