Utilizar estructuras artificiales en combinación con células madre bioartificiales trasplantables, capaces de restituir completamente la función de los órganos irreversiblemente dañados, lo que constituye el “futuro” de los trasplantes, según el director de la Clínica MARGen de Granada, Jan Tesarik.

En un artículo publicado en la revista American Journal of Biomedical Science & Research, el doctor Tesarik explica que la combinación de células madre rejuvenecidas del propio paciente con las técnicas de impresión 3D “permitirá crear órganos bioartificiales para sustituir otros defectuosos”. “Además de su viabilidad a corto plazo, esta opción elimina los problemas y contradicciones de carácter ético y jurídico derivados de la ‘humanización’ de órganos de origen animal o la formación de quimeras entre humanos y animales”, asegura.

Tesarik defiende que combinar los nuevos avances en impresión 3D con las técnicas de rejuvenecimiento de las células madre, provenientes de personas mayores, “podrá llevar a la formación de órganos bioartificiales clínicamente eficaces en un tiempo relativamente corto”. “Seguramente antes que otras técnicas recientemente sugeridas para el mismo fin, tales como la ‘humanización’ de órganos de origen animal o la formación de quimeras entre humanos y animales, técnicamente menos avanzadas y cargadas de problemas y contradicciones de carácter ético y jurídico”, reivindica.

Tesarik detalla que la tecnología utilizada para la fabricación de órganos bioartificiales, capaces de asumir una función normal de un órgano natural después de ser trasplantados a los pacientes, combina dos tipos de técnicas complementarias: la ingeniería para crear la estructura del futuro órgano y el uso de células vivas derivadas del mismo paciente. “Ambos componentes son ensamblados juntos, de manera que su unión resulte en la formación de un órgano lo más parecido a su homólogo natural desde el punto de vista anatómico y funcional”, comenta.

Por ejemplo, señala que la fabricación de un corazón bioartificial necesita una estructura tridimensional, fabricada en una impresora 3D, hasta el conocimiento de la bioestructura del corazón natural. Esta estructura vacía sería después repoblada con las células madre del mismo paciente, de manera escalonada. En cada escalón, la estructura sería reabastecida con una cantidad adecuada de células madre y expuesta a la acción de hormonas y factores de crecimiento específicos, capaces de dirigir una diferenciación de las células madre previamente introducidas hacia un tipo deseado de células diferenciadas.

Una vez terminado este proceso, el órgano naciente recibiría otra dosis de células madre y sería tratado con otros tipos de factores para formar otro tipo de células de corazón. Y así a continuación, hasta obtener un órgano funcional y capaz de reaccionar a diferentes condiciones externas (hiper o hipotensión, estrés, esfuerzo físico, etc.) de la misma manera que el corazón natural. “Del mismo modo, se podrán fabricar otros tipos de órganos, tales como el hígado, los riñones, el páncreas, los pulmones o el ovario”, indica.

“Desde hace muchos años, los médicos están buscando métodos eficaces para salvar la vida de pacientes con un fallo irreparable de un órgano vital. La utilización de órganos de donantes es posible, pero no suficiente. Siempre habrá más pacientes necesitados que órganos donados biocompatibles disponibles. Además, siempre existirá un riesgo de rechazo inmune de un órgano proveniente de otro individuo. La idea de recurrir a las células madre, provenientes del mismo paciente, en combinación con una estructura tridimensional fabricada, utilizando un dibujo técnico imitando hasta el más mínimo detalle la estructura del órgano natural, será probablemente la respuesta más eficaz a este desafío”, concluye.

 

Fuente: infosalus.com