Cuando el hígado está demasiado dañado para realizar sus funciones, sólo queda una posibilidad: el trasplante. Este consiste en reemplazar el hígado enfermo por un hígado sano, proveniente (la mayoría de las veces) de un donante que tiene muerte cerebral.

Para saber quién puede beneficiarse de un trasplante, se deben responder dos preguntas:

1) ¿Está justificado el trasplante? 

¿En qué casos se justifica un trasplante de hígado?

Se considera justificado un trasplante de hígado cuando ya no puede cumplir sus funciones vitales:

  • En caso de cirrosis avanzada (cirrosis descompensada).
  • En caso de cáncer de hígado.

2) ¿Quién tiene prioridad?

Dado que no hay suficientes trasplantes, es necesario establecer prioridades: las personas más gravemente afectadas van antes que las que pueden esperar. Pero para que la intervención tenga posibilidades de éxito, el estado general del paciente debe permitir la operación: una insuficiencia hepática demasiado grave aumenta el riesgo de complicaciones operativas y posoperatorias y, por lo tanto, las posibilidades de supervivencia… Se considera que debe intentarse el trasplante si las posibilidades de supervivencia a los 5 años son al menos del 50%.

En muchos países, el criterio principal utilizado para priorizar el trasplante en caso de insuficiencia hepática es la puntuación del Modelo para Enfermedad Hepática en Etapa Terminal (MELD, en sus siglas en inglés), que integra varios parámetros y los cruza con el origen de la cirrosis. Pero esta puntuación MELD no lo dice todo. Puede, y debe, también complementarse con el asesoramiento de expertos, teniendo en cuenta criterios específicos.

Una larga espera… y a veces una salida de la lista de espera

Algunas personas, incluso en cirrosis descompensada, tienen dificultades para acceder al trasplante porque otros pacientes se encuentran en una situación peor que la de ellos.

El tiempo dedicado a la lista de espera es variable, pero puede alcanzar un año o más. Por supuesto, el seguimiento cauteloso de estas personas es esencial (tomografía computarizada y resonancia magnética cada tres meses). Si su situación empeora, se convierten en prioridad a su vez.

Pero con los nuevos tratamientos para la hepatitis C, puede ocurrir otro fenómeno: algunas personas elegibles para un trasplante de hígado y que han logrado deshacerse del virus ven que su situación mejora hasta el punto de que ya no son considerados. Como candidatos para trasplante y dejar la lista de espera.

Estrategias para hacer frente a la escasez

Para hacer frente a la escasez de trasplantes provenientes de personas en muerte cerebral, varias estrategias son posibles. Debido a la gran capacidad de regeneración del hígado, una parte del hígado puede tomarse de un donante vivo, o un hígado puede dividirse entre dos receptores…

  • El donante vivo

Es posible dividir un hígado en dos partes e implantar cada una de estas partes en un receptor diferente. Desafortunadamente, esta bipartición rara vez es posible en dos adultos: la parte del hígado izquierdo, muy pequeña, puede injertarse de manera efectiva sólo en un niño o en un adulto muy pequeño. 

  • El trasplante en cadena

En caso de enfermedad neurológica hereditaria relacionada con el hígado, se puede realizar un trasplante “dominó”. Una persona con esta enfermedad debe beneficiarse en última instancia de un trasplante. Pero su propio hígado, aunque tiene la anomalía genética, a su vez puede implantarse en otra persona que necesita un trasplante con urgencia. La enfermedad puede aparecer en el receptor, pero sólo muchos años después.

  • El donante positivo para el virus de la hepatitis C

Ahora, con el espectacular progreso de los tratamientos de la hepatitis C, es posible trasplantar hígados que son donantes positivos en anticuerpos anti-VHC. En caso de recurrencia de la hepatitis C, el receptor será tratado con muy altas posibilidades de éxito.

Día a día

Antes del trasplante, el período de espera puede ser extremadamente angustiante tanto para el paciente como para las personas cercanas a él. No nos atrevemos a irnos, tenemos el teléfono permanentemente a mano, y podemos sentirnos indefensos ante el avance de la enfermedad. Es importante no estar solo durante estos momentos de duda, y poder compartirlos con conocidos, psicólogos, cuidadores u otros pacientes.

El período que precede al trasplante también se puede utilizar para hacer un balance de la situación social de la persona que espera el trasplante, haciendo un balance con un trabajador social del hospital o centro de trasplante, tan pronto como se realice el trasplante. También puede mantenerse una reunión con un trabajador social local (Centro de Acción Social Municipal, Seguridad Social, etc.) o ponerse en contacto con algunas asociaciones. Es una forma útil de no permanecer inactivo frente a la enfermedad y de proyectarse en el postrasplante.

Después del trasplante, comienza un período de vida completamente diferente, siempre marcado por el seguimiento y la toma de medicamentos.

Dieta

Después del trasplante de hígado, puede recuperar una dieta casi normal. Sin embargo, uno debe ser extremadamente cauteloso para prevenir cualquier infección en la alimentación, cuyas consecuencias pueden ser particularmente graves en una persona bajo tratamiento antirrechazo.

La dieta debe ser variada, equilibrada y lo más regular posible, debido a las limitaciones que plantean los diferentes medicamentos (3 comidas al día y posiblemente 1 o 2 tentempiés). También debe considerar los medicamentos antirrechazo, incluidos los corticosteroides que promueven la retención de líquidos, el aumento de peso y la diabetes.

Prevención de infecciones alimentarias

Durante los primeros seis meses posteriores al trasplante, también necesitarás:

  • Eliminar los siguientes alimentos: carnes frías, leche cruda y productos lácteos, mariscos crudos y poco cocidos, pescado ahumado, semillas germinadas, huevos crudos o poco cocidos, mousse de chocolate, mayonesa casera, mayonesa delicatessen, verduras crudas o mal lavadas, carne y pescado sin calentar o sin cocinar.
  • Desterrar cubitos de hielo y decantadores de filtro, que pueden ser nidos de microbios.
  • Comer fresco respetando las fechas de caducidad y no guardes las sobras durante más de un día en la nevera.
  • Respetar la higiene de la cocina: lávate las manos antes de preparar o tomar las comidas, limpia regularmente la nevera con lejía diluida en agua fría.

Otras reglas a seguir

  • Hidratarse bien, evitando las aguas demasiado saladas que favorecen la retención.
  • Olvidarse del alcohol, por su toxicidad en el hígado.
  • Limitar el consumo de azúcar y productos dulces (azúcar, mermelada, chocolate, galletas, pasteles, refrescos…) para evitar el aumento de peso excesivo.
  • Evitar los pomelos cuyos componentes interactúan con la terapia inmunosupresora.

Actividad física

La recuperación de una actividad física es importante después del trasplante ya que permite luchar contra el sobrepeso, la hipertensión arterial y la diabetes. Debe elegir una actividad adaptada a sus gustos y su salud, y evitar los sobreesfuerzos que pueden dañar el hígado.

Las actividades al aire libre, como caminar o ir en bicicleta, son muy recomendables, excepto durante los períodos de calor intenso y siempre que se esté bien hidratado.

En los primeros meses, se requiere el uso de una faja para apoyar los músculos abdominales después del trasplante.

Los entusiastas de la natación deberán esperar a la retirada del drenaje biliar si se ha colocado.

Salud diaria

Recuerda proteger tu piel de los rayos solares: la caída de las defensas inmunológicas favorece la aparición de cánceres de piel. Consulta a un dermatólogo una vez al año, y para cualquier lunar que cambie de forma o que no se cure.

Avisa a tu médico sobre cualquier fiebre de más de 38°C, cualquier otro signo de infección (resfriado, infección del tracto urinario, erupción en la piel, pérdida de peso…) o cualquier cosa que parezca extraña e inusual. Sus defensas inmunitarias están debilitadas, por lo que las infecciones deben tratarse rápidamente.

Para limitar los riesgos, también es importante vacunarse (al menos seis meses después del trasplante), especialmente contra la gripe, las hepatitis A y B y el neumococo. Por el contrario, todas las vacunas vivas están contraindicadas (fiebre amarilla, BCG, MMR, gripe y varicela).

Finalmente, ten en cuenta que algunas intervenciones dentales, con riesgo de infección (por ejemplo, una extracción) pueden justificar la prescripción de un tratamiento preventivo con antibióticos (¡pero no todos!).

Sexualidad y embarazo

No hay contraindicación médica para el sexo después de un trasplante. Sin embargo, los tratamientos antirrechazo también pueden causar problemas de libido o excitación (erección, lubricación).

Restauración del ciclo menstrual tras el trasplante, las mujeres en edad fértil deben considerar el uso de métodos anticonceptivos, que debe ser discutido con el médico (especialmente la píldora).

Se puede optar al embarazo después de un trasplante de hígado, pero es mejor esperar al menos 1 año, cuando disminuye el riesgo de rechazo. Se deberá mantener la terapia inmunosupresora, pero es posible que deba modificarse. Un proyecto de este tipo requiere una reunión entre el hepatólogo y el ginecólogo para que el seguimiento sea óptimo.

Trabajo

La reanudación del trabajo depende, por supuesto, de su condición y de la naturaleza del trabajo, pero no debe ser demasiado pronto. Es el hepatólogo el que establece la duración inicial de su paro laboral, pero la fecha de recuperación es responsabilidad del médico ocupacional. Esta recuperación puede ser gradual, como parte de un tratamiento a tiempo parcial.

Conducir

En cuanto a volver al trabajo/conducir, debe hacerse poco a poco: ¡Conducir no es un acto insignificante! Comienza con pequeños trayectos.

Viajes

Antes de ir de viaje, habla con el médico que te realiza el seguimiento del trasplante. Tendrás que:

  • Actualizar tus vacunas (sin embargo, las vacunas vivas, como la fiebre amarilla, están contraindicadas para los receptores de trasplantes).
  • Proporcionarte tu medicación para la duración del viaje (ten cuidado, algunos medicamentos deben mantenerse lejos del calor).
  • Verificar que estés cubierto para una posible repatriación. Tan pronto como planifiques tu viaje, concierta una cita con el médico que te realiza el seguimiento del trasplante. Asegúrate de que tu seguro cubra los gastos médicos y la posible repatriación.

 

Fuente: myliverexam.com

Artículo traducido por la AMTHC